Casa Índigo es una vivienda enraizada en las montañas de Heredia. Desde las partes altas, se abre la vista y observamos el pasar del tiempo en el valle central. Inmersa en un clima de montaña donde la fuerza de los elementos se destaca en los vientos, lluvia, atardeceres espectaculares y noches estrelladas.

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Proyectamos sobre este terreno de montaña, una vivienda que sirve de refugio para la familia que lo habita. Aquí diseñamos una estructura introspectiva, ordenada por un jardín central desde el cual orbitan los espacios que lo conforman; al oeste se disponen los espacios funcionales de trabajo y preparación de los alimentos. De cara al atardecer en la huerta, un mándala de cultivos orgánicos. Hacia al sur ubicamos el área social de la sala y la terraza para disfrutar las vistas de la ciudad, montaña abajo. Al este ordenamos los dormitorios con las ventanas esperando el amanecer. Creamos un filtro de privacidad con un desnivel de cinco escalones, sugerido por la topografía del terreno. Al norte la montaña continua creciendo detrás de la casa.

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Hacia el interior de la vivienda ingresamos en medio de los dos elementos, concebidos en texturas naturales. El volumen de la piedra envuelto por la superficie cálida que ofrece la madera, creando en esta relación la transparencia del vidrio que une y soporta la cubierta.